domingo, 10 de mayo de 2009

Un día en la playa

En un pueblo llamado Moraleda había una pandilla de amigos que iban a la playa todos los fines de semana. Un sábado decidieron quedarse en el pueblo porque había fiesta por la noche. Quedaron todos para poner el dinero y comprar el botellón. Querían pasar la noche en su pueblo y irse el domingo a la playa, por lo tanto uno se tenía que quedar sin beber para poder conducir. Lo echaron a suerte y le tocó a Javier, pero él no estaba de acuerdo y sin importarle su amigos bebió.

Cuando salió el sol cogieron sombrillas y toallas y se dirigieron a la playa con Javier borracho y conduciendo.

Estaban todos borrachos y no eran conciente de lo que estaban haciendo. Reían y conducía a una alta velocidad sin respetar los semáforos y las señales. Raquel que era la única que no había bebido pero no podía conducir porque no tenía carné. Decía que bajara la velocidad y condujera con precaución, pero Javier no le echaba cuenta. Al fin llegaron a la playa y allí siguieron de fiesta. Se bañaron sin tener cuidado y sin temer a los peligro del mar, ya que era un día de viento y el agua estaba revuelta y la marea estaba muy alta. Tras pasar todo el día borracho y de fiesta por la noche y durante el día en la playa decidieron volver al pueblo porque estaban muy cansados y bebidos. Como Raquel era la única que no había bebido decidió llevar el coche aunque no tuviera carné. Los otros estuvieron de acuerdo porque no pensaban.



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Raquel iba de lado a lado conduciendo por la carretera. Los coches que venían de frente le pitaban. Más adelante había un control de policía, que al ver cómo venía el coche los paró y le pidió el carné, y como Raquel no tenía carné se la llevaron detenida.
Raquel pasó unas horas en el calabozo hasta que sus padres vinieron a buscarla.
Sus padres la castigaron por lo que había hecho, porque podía haber tenido un accidente
y haberse matado.
Raquel se llevó dos semanas castigadas sin salir. Algunos de sus amigos venían a verla pero muy poco.
Un día cuando estaba ella en su habitación se preguntó si valía la pena tener amigos como los que ella tenía que bebían y se emborrachaban cuando tenían que conducir y poniendo sus vidas en peligro y la suya.
Raquel a cuenta de eso empezó a frecuentar menos a sus amigos y los sitios a los que iba antes con ellos. Ella hizo amigos nuevos que no bebían.
Raquel se dio cuenta de que también se podían divertir yendo de fiesta a la playa o cualquier sitio sin beber.
Raquel se sacó el carné y así cuando salía de fiesta se turnaba para llevar el coche.

Fin (inicio por María y final por Sonia)

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