domingo, 10 de mayo de 2009

La soledad de Damián y Samuel

En un pequeño pueblo llamado Jabugo, dos chavales de quince años estudiaban en el centro escolar I.E.S. La Ola. Estos dos cursaban tercero, aunque no se sentían muy cómodos en clase. Samuel Naranjo era alto y rechoncho, todo lo contrario de Damián Pérez, bajito y de envergadura delgada. Los dos amigos quedaban a las ocho de la mañana para ir juntos al instituto. Por el camino, ellos se reían mucho con sus bromas y chistes pero al llegar al centro cambiaba la historia. Cuando tocaba la bocina, los alumnos llegaban a clase, mientras tanto Samuel era golpeado por sus compañeros y humillado ante estos. Damián no trataba de defender a su amigo porque se volvería la clase también en contra de él. Estos dos son amigos desde la infancia. Damián era muy popular e importante en el grupo, nadie sabía que era amigo del marginado Samuel. Sólo se hablaban fuera de clase pero a Samuel no le importaba el descaro de su colega Damián.

Un día, mientras Samuel era atacado con una regla de goma por Pedrito, Damián no pudo aguantar el asedio a su mejor amigo y reaccionó propinándole un fuerte puñetazo en el ojo a Pedrito. Toda la clase se vio sorprendida por aquella reacción de Damián, y no le dirigieron la palabra en lo que quedó de clase. A la mañana siguiente vinieron muy unidos. Damián no sentía vergüenza de que lo vieran con Samuel. Es más, se sentía mucho mejor al descifrar el secreto de su relación con el agredido. Al entrar en clase, la jefa de estudios fue a llamar a Samuel y a Pedrito por lo de la pelea que tuvieron en el día anterior. A los siguientes cinco minutos llamaron a Damián a la jefatura. Tras volver, los dos amigos se sentaron atrás de la clase apartados de los demás, sólo se acercaron dos chiquillas pero sólo por momentos, se fueron a casa esperando alguna desgracia en el fin de semana de parte de los ex colegas de Damián.



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Pero esa desgracia jamás llegó, sino todo lo contrario.

Al día siguiente, el sábado por la tarde Samuel y Damián quedaron para ir al cine.
En la puerta del centro comercial se encontraron con los antiguos amigos de Damián. Al verlos se asustaron, ya que pensaban que les propinarían una paliza, pero para su sorpresa los chicos se acercaron con una gran normalidad, cosa que les sorprendió bastante.

Los compañeros tras saludar a Damián se lo llevaron a un rincón del centro y le dijeron que valoraban su gesto y que todos podían seguir siendo amigos, incluido Samuel.
Samuel al enterarse de esta decisión se mostró un tanto reacio pero valoró el poder de la amistad y aceptó, aunque no estaban muy convencidos de que tuvieran buenas intenciones.

Los compañeros realmente querían su amistad y diariamente los llamaban para salir y comunicarles sus planes, pero Samuel y Damián siempre ponían excusas ya que temían que les dieran una paliza. El resto de compañeros comenzaron a sospechar y decidieron hablar con ellos y explicarles todo detenidamente.

Otro día todos quedaron y el resto de compañeros al tratar a Samuel se dieron cuenta de que habían sido injustos con é y de que era un chico divertidísimo. Samuel pasó a convertirse en uno de los chicos más envidiados y admirados por el grupo.

Fin (principio por Cristian y Juan Manuel y final por Teresa y Beatriz)

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